En estos momentos la iglesia está totalmente integrada dentro de la ciudad.
Compartiendo con la ciudad los momentos de alegría y de dolor. Las alegrías de las fiestas del Roser. De las bodas, bautizos, comuniones. Las penurias y el dolor de las guerras (deterioro del convento en la Guerra de la Independencia, adosada a la muralla en las guerras carlistas, persecuciones, etc.). Siempre en el corazón de la ciudad.
Puedes conocer más sobre nuestra historia si nos acompañas en nuestro recorrido. Empezamos.